La Trianera si llora de verdad.


Cuentan los viejos cofrades de la Esperanza, que por los años 70 un señor con su hijo vinieron a ver la Semana Santa de Sevilla desde Madrid. Y en la Madrugá más hermosa, que no es otra que la de Sevilla, decidieron ver a la Reina de Triana, la Esperanza, la que al pasar junto a ellos el padre quedó perplejo por lo que estaba viendo, la Trianera lloraba de verdad.  

Cuando se lo comentó a su hijo esté no creyéndoselo, le dijo que las lágrimas eran de cristal y que lo más seguro era que fuera una imaginación suya por tanta emoción. Al siguiente año también volvieron a Sevilla y otra vez quisieron ver de nuevo a la Esperanza de Triana, y cuando él padre volvió a mirar a la Trianera se quedó paralizado de amor a la Virgen, pues ésta seguía llorando lágrimas verdaderas. 

Al decirle lo que había visto a su hijo este le insistía que no podía ser verdad y que lo más seguro era, que fuera como le dijo la primera vez, una imaginación suya por tanta emoción. Pero cuando volvieron a Madrid, el hijo murió de repente, lo que dejó al padre en el mundo de la desesperación y el dolor. Como buen padre decidió volver a ver a la Trianera como homenaje a su hijo muerto, y cuando se acercó la Virgen la miro para ver sus lágrimas, viendo esta vez una bella y serena sonrisa que lo dejo sin poder moverse. Cuando reaccionó y preguntó a la gente nadie había visto lo que este padre. 

Así fue como este buen hombre y devoto de la Esperanza se dio cuenta que su querido hijo estaba con Ella, junto a la que lloraba y ahora reía para decirle que no hay en el mundo mejor sitio que estar junto a la Esperanza de Triana.


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