Lo que hoy conocemos como Plaza Nueva estuvo ocupado por el Convento de San Francisco, uno de los más antiguos de Sevilla, cuyos orígenes se remontan al siglo XIII. Al ser demolido el Convento en 1840, solo quedó la bellísima Capilla de San Onofre del siglo XVI dentro de una estancia de unos edificios de la Plaza Nueva, junto con el arco del Ayuntamiento, siendo lo único que se conserva del desaparecido Convento.
Cuenta la Capilla de San Onofre con un bellísimo retablo mayor de finales del siglo XVII, obra de Bernardo Simón de Pineda hacia 1678 y 1682, con esculturas atribuidas a Pedro Roldán y en cuya parte central vemos a la Inmaculada, que junto a sus lados y entre columnas salomónicas estan San Fernando y San Hermenegildo.
También posee un retablo dedicado a su titular San Onofre, que fue encargado en el siglo XVI a Gaspar de las Cuevas, siendo su arquitectura y pintura realizada a partir de 1604, atribuido al gran Montañés y las pinturas a Francisco Pacheco, más otro retablo dedicado al Niño Jesús y algunas dignas obras como, el cuadro de Juan Correa de la Virgen de Guadalupe del siglo XVII.
Interesante Capilla, la cual conserva en su historia hasta una leyenda, que no citaremos por ser muy conocida.
También posee un retablo dedicado a su titular San Onofre, que fue encargado en el siglo XVI a Gaspar de las Cuevas, siendo su arquitectura y pintura realizada a partir de 1604, atribuido al gran Montañés y las pinturas a Francisco Pacheco, más otro retablo dedicado al Niño Jesús y algunas dignas obras como, el cuadro de Juan Correa de la Virgen de Guadalupe del siglo XVII.
Interesante Capilla, la cual conserva en su historia hasta una leyenda, que no citaremos por ser muy conocida.
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