La Hermandad del Calvario fue conocida como la de los Mulatos por sus primeros miembros, fundándose en 1571 en el Hospital de Nuestra Señora de Belén. Pero por la reducción de hospitales en el siglo XVI se trasladó a la Parroquia de San Ildelfonso, donde vivían una gran mayoría de Mulatos.
Labraron una Capilla en 1585 en San Ildelfonso en el compás de la Iglesia que se llamó callejón de los Mulato. Hermandad que vio sus primeras Reglas en 1596 y que hasta 1680 se llamo de la Presentación de Nuestra Señora, y a partir de aquí Cofradía del Santísimo Cristo de la Presentación hasta 1689 que se llamaría Cofradía y Hermandad del Santo Cristo de la Demostración y Madre de Dios de la Presentación, quedando en 1784 como extinguida.
Es curioso, que la Cofradía del Calvario llegó a sacar tres imágenes: un Ecce Homo, un Crucificado y la Virgen. Perteneciendo su Cristo titular del Calvario a la familia Gaspar Pérez de Torquemada que lo encargo para su Capilla en la Parroquia de Santa Catalina, pasando de allí al convento de San Francisco como titular de una Congregación, que lo título Cristo del Calvario y luego paso a la Iglesia de la Magdalena para volver otra vez a San Francisco y luego a San Ildefonso, de donde pasó a la Escuela de Cristo 1799 vendido y que más tarde recuperaron para la Parroquia.
En 1816, el Cristo volvió a San Ildefonso y se colocó en un altar para su culto, donde se reorganizó dicha Hermandad por unos devotos de la feligresía en 1885 y aprobaron sus Reglas al año siguiente.
En 1816, el Cristo volvió a San Ildefonso y se colocó en un altar para su culto, donde se reorganizó dicha Hermandad por unos devotos de la feligresía en 1885 y aprobaron sus Reglas al año siguiente.
En la restauración que le hizo al Cristo del Calvario en 1941 Agustín Sánchez Cid, fue cuando se halló en el interior de la imagen un documento que acreditaba la autoría de su autor, Francisco de Ocampo, como una reliquia del Lignum Crucis que va en un Ostensorio colocado a los pies de la Virgen sobre la peana. Una Cofradía para no perdérsela en la Madrugá, la cual me atrevo a decir, que es de las que más nos pueden llevar a esa Sevilla que se nos fue.
Hermandad del Calvario.
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