La Hermandad de la Exaltación tiene sus inicios en el siglo XVI en la Iglesia de San Benito de la Calzada, la cual parece hacia estación al Humilladero de la Cruz del Campo.
Esta Hermandad se instituyó para meditar en la Exaltación de Nuestro Señor Jesucristo en el madero de la Cruz, y en las lágrimas que derramó la Virgen en presenciar la escena en el Gólgota, siendo considerada en sus inicios para personas distinguidas y prohibiendo sus Reglas la entrada de moros, judíos, conversos, penitenciados y oficios considerados como viles (hoy se quedaría completamente sola).
Fueron aprobadas las primeras Reglas de la Hermandad de Santa Catalina en 1601, Hermandad que recibió el título de Real por ingresar como hermano Fernando VII, la cual en el siglo XIX decayó tanto, que quedó disuelta en 1901 por decreto eclesiástico. La que se fusionó con la Sacramental de Santa Catalina 1964, y tuvo un curioso incidente bastante conocido en 1751 con el Arzobispo de la ciudad, por querer dicho personaje de que las Cofradías al salir de la Catedral pasasen por la puerta principal de su palacio obligándolas como consecuencia a dar un rodeo debido a los edificios que ocupaban el Corral de los Olmos con varios callejones. Pero la Exaltación al salir de la Catedral decidió hacer su recorrido habitual, por lo que el previsor notificó a la Hermandad el decreto del prelado y tras explicarle que obedecieran la orden les excomulgo al ver que no obedecían, recurriendo su Hermano Mayor Antonio de Sandoval a la Audiencia, que le dio la razón a la Hermandad y calló al prepotente Arzobispo, lo que hoy habría que hacer con más de uno.
Como curiosidad comentar, que en 1913, se aprobó la sustitución de la imagen de la Virgen por otra donada por José de Castro, imagen que procedía de Málaga y estuvo con la Hermandad sólo unos años, para volver de nuevo como titular la primitiva Virgen. Una Cofradía con un gran patrimonio digna de ver todos los Jueves Santo por las calles de Sevilla.
La Exaltación.
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