El gran Diógenes crítico toda su vida el lujo y la corrupción, (seguro que ya se olía algo de España), pasando los últimos años de su vida como un mendigo.
Al enterarse de ello Alejandro Magno fue al expresarle su admiración y le encontró tomando el sol en una plaza pública, no se crean que estaba en Chipiona, diciéndole, dime que desea y te será concedido, a lo que Diógenes contestó: Apártate y no te interpongas ante el SOL y mi persona. Aprendan o inténtenlo señores políticos.
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