La insignia de Cardenal.


Inocencio IV fue quien en el siglo XIII,  concedió a los Cardenales el privilegio de timbrar sus escudos con el capelo rojo y los dos cordones de borlas a uno y otro lado. 

En 1832, sería cuando la Congregación de Ceremonias estableció que cada capelo rojo cardenalicio tendría quince borlas del mismo color a cada lado y repartidas en cinco órdenes, simbolizando el rojo que los cardenales están dispuesto a dar su sangre por la fe de Cristo y su Iglesia, cosa que de algunos no me creo nada de nada.

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