Ya queda menos.

Ya queda menos.

Ya queda menos para el colegio y veo a algunos maestros más estresados que los propios padres que apenas tienen medio para pagarle el curso a sus hijos. 

Como hemos dicho ya queda menos para el colegio y harto estoy ya de escuchar a maestrillos, si,  harto de que siempre vengan con las mismas, que hay que aguantar tela, que si los niños no se comportan, que los padres no les educan, que los niños de antes eran mejor patatín patatín. Señores maestros, decirles sólo una cosa primordial y que parece ser que ustedes no comprenden. Hay padres al borde de la locura por la Puta crisis y se preocupan de que sus hijos no falten a clase, se las ingenian para sacar dinero de donde no hay, cosa que muchos de ustedes no veis porque un puesto tenéis fijo, ese que ya quisieran los padres de tantas criaturas tener. Pero ustedes, una gran mayoría a lo vuestro, que es quejarse por todo porque para eso estamos con los niños ¿verdad?.

De lo que he vivido, me cuentan y suelo ver, creo que se habéis acostumbrado a una profesión que no es la vuestra, es la de otros que seguro han cogido las maletas muchísimo más preparado que muchos de ustedes por no haber encontrado un trabajo en esta España digno de llegar a fin de mes. Deberíais de haber sabido que al elegir vuestra profesión  sólo hace falta una cosa, lo primordial, que es la vocación, esa que igual que ustedes tienen que tener los curas, médicos y muchos más para que todo funcione y no solo estar pensando en el sueldo y en vacaciones, que por cierto no sé me quejarán ¿no?.

Otra cosa importante y que me toca los huevos es la siguiente: cuando hay un problema en el colegio con algún niño debe de resolverse desde dentro del colegio y no desde fuera enfrentándose padres contra padres, mientras ustedes, no todos pero si un montón miran hacia otro lado, por eso luego pasan tantas cosas y seguirán pasando, porque pasamos de todo, es más, si muchísimos de ustedes pudieran hasta pondrían a los padres de los niños en la clase al cuidado de ellos y sin cobrar un puto euro. Más vocación y menos quejarse, y si están  a disgusto ya saben, dejad ese puesto que tantos quebraderos de cabeza os da. Ya queda menos.