Cuenta una leyenda que en el muro de los pies de la nave del Convento se conserva una pintura de 1598, y representa el martirio de Santa Úrsula y las Once Mil Vírgenes.
Una de las jóvenes en el lienzo está con una campanita en las manos, de la que aseguran que cuando una monja va a morir se puede escuchar su tintineo. Esperemos no escucharla nunca está campanita, y si la escuchamos que sea dentro de cien años.
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