Extraña es la forma de pensar de algunas ramas del cristianismo en periodo de formación, sobre todo en los siglos II y III, que llevaron a sus últimas consecuencias estas doctrinas proclamando que el cristiano que desease alcanzar la salvación debía abtenerse en absoluto del sexo; el matrimonio quedaba por proscrito (manda cojones).
Al quedar proscrito el matrimonio, los que eran ya esposos debían incluso separarse y llevar una vida de hermanos. Esto quiere decir que si usted hubiera vivido en aquella época y con ganas de alcanzar la salvación, el sexo ni pensarlo, cosa que un servidor hubiera seguido no solo con el sexo, sino con su esposa también.
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