Cuenta la leyenda, que la Virgen de Gracia, Patrona de El Ronquillo se apareció a un joven pastor en uno de los pinos que había a la entrada de la ermita.
Dicen que el joven guardo la pequeña imagen en un zurrón y se la llevó a casa, pero poco antes de llegar ya no estaba. Extrañado el joven pastor a la mañana siguiente volvió al mismo lugar y encontró a la imagen, a la que abrió un orificio en la cabeza para atarla al zurrón y evitar que desapareciera. Pero no lo consiguió.
Ya su madre preocupada al tercer día siguió a su hijo, y al llegar al pino descubrió rezando que la Virgen tenía una pequeña herida en la frente por un orificio que el hijo abrió a la imagen. Explicándole este que cuando se dirigía al pueblo para contar el milagroso suceso la Virgen desaparecía de su zurrón porque su sitio era donde la encontró y quería que le construyesen una ermita.
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