Sería en 1849, cuando la antigua Hermandad del la Cruz del Caño Quebrado quiso adquirir una Dolorosa para procesionar con ella por las calles de Sevilla. Por lo que solicitaron la Virgen que se encontraba en el Convento de San Francisco de la La Algaba, que decían que la Iglesia estaba en muy mal estado y cerrada al culto. Contestando al momento el cura de la Iglesia, que no era así y negando que su templo estaba en ruinas.
Virgen de la Soledad de la Algaba.
Por la negativa del cura de la Algaba, la Hermandad sevillana de la Soledad de San Buenaventura encargó al imaginero Grabiel de Astoga la bellísima Dolorosa, la que hoy disfrutamos todos los Viernes Santo. Quedando en la Algaba la Dolorosa del siglo XVII, de autor anónimo y con la advocación de la Soledad en su casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario