Fue Aracena uno de los primeros sitios donde se estableció la bellísima advocación de la Divina Pastora. Siendo la antigua Pastora obra atribuida al imaginero sevillano Benito Hita del Castillo, la que desapareció en un incendio intencionado por cobardes el 10 de Agosto de 1936.
Sería gracias a Juan Labrador Calonge cuando de nuevo vuelve la Pastora al pueblo en 1965, quien encargó la talla al imaginero Sebastián Santos Rojas. Esta nueva imagen está realizada en madera y telas encoladas policromadas.
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