El final trágico de Elvira Mendoza en el convento de San Leandro.


Convento de San Leandro.



Esta historia o leyenda que a continuación vamos a contar tuvo lugar en el recoleto y precioso convento de San Leandro de Sevilla, donde la joven Elvira Mendoza tras morir sus padres heredó una gran fortuna e ingresó en el convento convencida por el tutor y un fraile. Dos pícaros de mucho cuidado que lo único que buscaban era la fortuna de la joven, por eso la convencieron de entrar en San Leandro.

Pasado unos días, la joven Elvira se dio cuenta de la trama de los dos pícaros, por lo que solo le quedaba esperar a que su hermano Juan de Mendoza la sacara de su cautiverio. Pero el muy cerdo tutor le dijo que su hermano se había casado y la había olvidado para siempre, una mentira más a la pobre Elvira para que olvidara su fortuna y el quedársela al completo.

Sería en una tarde del frío Diciembre cuando Elvira a sentirse muy deprimida subió al campanario del convento, donde terminó con su amargura ahorcándose con las cuerdas de las campanas, las que sonaron tristemente mientras ella era elevada y descendida. Era como una maldición. Pues al poco tiempo tanto el tutor como el fraile murieron apuñalados entre ellos en una riña por el dichoso dinero. Y luego dicen que el dinero no trae disgustos, no, pero sí más de una muerte. Cuentan que más de una vez las campanas del convento por Navidades en San Leandro han sonado solas, como si fuese en honor a Elvira de Mendoza.

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