El sevillano Pedro Mexía.



Falleció Pedro Mexía el 7 de Enero de 1552, quien lo había predicho nada más y nada menos que veinte años antes. Por esto le llamaban el Astrólogo, por su gran saber del movimiento de los cuerpos celestes. Al saber Mexía que iba a morir, se paso los últimos quince años sin salir de noche y con la cabeza abrigada con un bonete debajo de la gorra.

Nuestro importante personaje fue un insigne humanista del tiempo del poderoso Carlos V, y ejerció varios cargos en Sevilla como el de Veinticuatro de Sevilla, alcalde de la hermandad de número de hojisdalgos, contador de su Majestad en la Casa de Contratación y alcalde  de la Santa Hermandad.

Era tanto el saber de Pedro Mexía, que abarcaba conocimientos tan variados como desde las matemáticas a la historia. Le consutaban tanto pilotos como mareantes, y escribió en 1540 Silva de varía lección, dedicado a Carlos V, reinpreso y traducido a las principales lenguas europeas, como también escribió más tarde La vidas de los Césares en 1545, dedicada al Príncipe Felipe, y los Diálogos de los momentos que los físicos llamaron meteorológicos en 1547, dedicado a Perafán de Ribera, marqués de Tarifa.

Tan importante y famoso fue Pedro Mexía, que cuando Carlos V estaba en Alemania solía leer con su confesor fray Domingo de Soto los libros del sevillano. Gustó tanto los escritos de Mexía a Carlos V, que este le envió el título de su cronista y le pidió que escribiese su vida, la que no llegó a terminar por su temprana muerte a los 52 años. Se enterró al humanista sevillano en la sevillana Iglesia de Santa Marina, siendo su epitafio redactado por el famoso Benito Arias Montano.

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