El sevillano Alejandro María de Aguado.



Nació Alejandro María de Aguado y Remírez de Esternoz el 29 de Junio de 1784 en Sevilla, y falleció el 12 de Abril de 1842 en Gijón. Banquero y Marqués de las Marismas del Guadalquivir e hijo del segundo Conde de Montelirios y de Mariana Remírez de Esternoz y Herrera, ilustre y muy rica familia sevillana descendientes de judíos portugueses.

Inició sus estudios en Sevilla, donde recibió una gran formación matemática. Y en 1879» ingresa como cadete en el regimiento de infantería Jaén, de donde pasó en 1808 al batallón de Voluntarios de Sevilla n°4, participando en las batallas de Tudela y Uclés contra las tropas napoleónicas. Ya ocupada Sevilla por los franceses se alistó el muy cuco a las filas del ejército de José I Bonaparte, siendo incorporado como edecán del Estado Mayor del Mariscal Jean de Dieu Soult.

Alejandro María fue nombrado Coronel del regimiento de Lanceros Españoles, y combatió en Albufera y lo nombraron Comandante militar del Condado de Niebla. Pero al ser derrotados los franceses por las fuerzas colegiadas por Wellington, se exilió a Francia, rechazando el nombramiento de gobernador de Martinica. La actividad comercial de Alejandro María empezó como proveedor del ejército francés en Andalucía, con la ayuda del cabrón Soult. 

Estuvo casado Alejandro María con Carmen Victoria Moreno, con la que tuvo tres hijos, quien con el apoyo de sus contactos familiares en Cuba, México y Cádiz, creo en París varias empresas de importación y venta, aceite, frutas y de fabricación y venta de perfumes. En 1821-inicia sus primeras operaciones en la Bolsa, vinculándose a los banqueros Fould y Perdure, y en 1824 se hace cargo de la gestión en París del Empréstito Real, mientras que en 1828 y 1830 suscribió dos nuevos empréstitos con Rey Fernando VII para refinanció las deudas que España tenía con el Reino Unido, Francia y Holanda, por lo que el monarca en agradecimiento le otorgó el título de Marqués de las Marismas del Guadalquivir, época esta que Alejandro María estaba entre los banqueros más rico de París, tanto fue así, que estaba considerado como el hombre más rico de Francia.

Cedió el banquero sevillano su Banco en 1831 a la casa Ferrete, quedando sólo como socio del la mismo. Dedicándose desde este tiempo a promocionar importantes actividades culturales, como financiar la Ópera de París y el Teatro de los Italianos, creo diarios, fundó escuelas y hospitales y reunió una enorme cantidad de obras de arte debido a su afición de coleccionista, entre las que podemos ver pinturas de Velázquez, Murillo o Zurbaran. Todo un ricachón como dirían algunos.


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