La Virgen del Carmen de la fachada de la Iglesia del Buen Suceso.


Esta maravillosa imagen de la Virgen del Carmen la podemos ver en la fachada de la Iglesia del Buen Suceso. Una imagen desconocida por muchos y de una grandísima calidad como podemos ver en la foto, la que lleva el Escapulario en su mano derecha y el Niño en la Izquierda.

La imagen está realizada en barro, de 1,50 m. aproximadamente, obra del imaginero sevillano Darío Fernández. Destaca de la misma, o al menos así nos lo parece su delicada, bella y portentosa cabeza, la que enamora a cualquiera nada más verla por su serenidad, dulzura y ese sublime giro hacia la izquierda.

Virgen del Carmen de la Iglesia del Buen Suceso del imaginero Darío Fernández.

El abrazo de San Joaquín y Santa de Alejo Fernández.

Esta fantástica pintura en tabla la podemos ver en la Sacristía de la Catedral de Sevilla, una de las grandes y desconocidas pinacotecas de España. La que guarda obras tan importantes como esta que representa El Abrazo de San Joaquín y Santa Ana como en aquella época, significando la Concepción Virginal de la Madre de Jesús, por lo que no está la Virgen, digo esto para que no la busquen o me digan que estoy equivocado.

Fue realizada esta delicada y magistral obra de arte por el pintor alemán Alejo Fernández en 1508, de la que destacamos la arquitectura y el paisaje de fondo. Otra de las pinturas por la que cualquier Museo del Mundo daría lo que fuera por tenerla, sin embargo aquí la tenemos y lamentablemente ni caso le hacemos  (no quiero decir con esto que todos pasemos de esta sublime obra). Pero son muchos los que pasan por desgracia.

La Virgen del Carmen de Rafael Barbero de la Iglesia del Buen Suceso.


Esta maravillosa imagen de la Virgen del Carmen se encuentra en la Iglesia del Buen Suceso de Sevilla, la que preside el impresionante retablo mayor, obra del imaginero granadino Rafael Barbero en 1947, de madera de cedro policromada al óleo. 

Dicha imagen sustituye a la anterior desaparecida en el asalto del templo el 11 de Mayo de 1931, la que estaba atribuida al famoso imaginero del siglo XVIII, Pedro Duque Cornejo y de la que se inspira Barbero pero sin perder su estilo.

Destaca de la Virgen del Carmen su portentosa cabeza, de una grandísima calidad y majestuosidad que Rafael Barbero supo imprimirle. Una imagen bastante enjoyada y que sostiene en su mano izquierda al Niño Jesús y en la derecha el Cetro, con la curiosidad de que el Niño es del imaginario Darío Fernández, el que sustituye al anterior no realizado por el artista granadino de escasa calidad artística.

La Niña de los Peines .

La Niña de los Peines de Julio Romero de Torres.


La cantaora Pastora María Pavón Cruz, conocida como la Niña de los Peines nació en Sevilla el 10 de Febrero de 1890 y falleció el 26 de Noviembre de 1969 en su tierra. La que está considerada como una de las voces más grande de la historia ( y entonces no había los programitas de hoy para triunfar ).

Era de familia gitana, su padre fue el cantaor flamenco Francisco Pavón Cruz, al que se le conocía como " El Paiti ", del Viso del Alcor y su madre Pastora de Arahal, siendo sus dos hermanos Tomás Pavón y Arturo Pavón también cantaores. Como vemos lo llevaba en la sangre.

 Con tan solo 8 años, la contrataron y realizó su primera actuación para la caseta de Feria de Sevilla sustituyendo a su hermano mayor. A esta grandísima artista se le conoció como la Niña de los Peines por sus tangos que interpretaba bastante y que dicen: Peinate tú con mis peines, que son de azúcar, quien con mis peines se peina, hasta los dedos se chupan.
Peinate tú con mis peines, mis peines son de canela, la gachí que se peina con mis peines, canela lleva de veras.

Como gran artista que fue, viajo por toda España y compartió escenario con los mejores artistas de su época, como por ejemplo, Manolo Caracol, Antonio Chacón, Pepe Marchena o Ramón Montoya entre otros. También hay que decir de esta gran artista, que fue amiga de grandes personalidades como de García Lorca, quien la citó poéticamente en sus escritos, de Manuel de Falla o el gran pintor cordobés Julio Romero de Torres, quién la pinto. Y antes de terminar diremos lo que dijo la artista en 1934 sobre el cante: <<No me puedo quejar del público, pero veo que el cante va por mal camino. A la gente ahora le gusta más el cante malo>>.¿Que diría hoy?.



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Azulejo de San Antonio de Padua en la calle San Vicente.


Este bellísimo azulejo de San Antonio de Padua se encuentra en la fachada del Convento de San Antonio de Padua en la sevillana calle de San Vicente, el que lleva si se fijan bien un responsorio.

Pintó el azulejo Enrique Orce Mármol en 1948, realizándose en la Fábrica de la Viuda de Tova Villalva. Vemos al Santo con un libro tal como se mostraba antiguamente y al Niño Jesús. Otro azulejo más de la grandísima colección que Sevilla tiene en sus calles.

La Capilla de los Toreros de la Plaza de la Real Maestranza de Sevilla.


Tiene la Real Maestranza de Sevilla una Capilla conocida como la de los Toreros, muy sevillana y muy desapercibida para muchos con un encanto y recogimiento único. La que mis queridos amigos antitaurinos ni conocen gracias a Dios.

En el bellísimo retablo de la Capilla vemos a la Virgen de los Dolores en el centro, la que está atribuida al grandísimo imaginero Juan de Astorga. A los lados del retablo se encuentran dos preciosos azulejos; uno del Señor de Sevilla y otro de la Madre de Dios, la Macarena, mientras en uno de los laterales vemos otro de la Virgen de la Caridad de la clásica Hermandad del Baratillo, Patrona de la Asociación Benéfica de la Vejez del Torero.

El azulejo del Gran Poder de la calle Cervantes.


Este magnífico azulejo y a la vez más desconocido que cualquier buena obra literaria dedicada a Sevilla se encuentra en la calle Cervantes en la casa Lissen, la que fue hasta 1980 sede de la Comunidad de Siervas de María. Dicho azulejo es de autor anónimo hacia 1920 (0,85m.x1,65m.).

Si se fijan bien en el maravilloso azulejo, tiene la curiosidad de llevar el Señor del Gran Poder la túnica que le bordó en 1854 Manuel María Ariza. La que pocos años despues se perdió. De historias y curiosidades como esta nos volvemos a repetir, Sevilla esta llena, simplemente hay que tener ganas y pasión por conocerlas.  

Foto de Rafaes.

Azulejo de Marta Serrano en la calle Parras.


En la muy sevillana y Macarena calle Parras podemos ver estos azulejos de Marta Serrano, la Saetera, en la casa donde vivía y desde donde le cantaba una Saeta a la Madre de Dios, la Macarena, la Virgen más Virgen de todas las Vírgenes del...

Como vemos en la foto, los azulejos recogen las saetas que le cantó Marta cuando la Macarena iba de ida en 1964 para ser Coronada. Dicha efeméride se iba a celebrar en la bellísima Plaza de España, pero por culpa del tiempo ( ese que no perdona ni entiende como nosotros ) se celebró en la Catedral sevillana.

La antigua calle Barrabás.


Como ya sabrán, Sevilla y las leyendas van unidas, aquí en este pequeño azulejo lo podemos ver, el que lleva el nombre de calle de Barrabás y se le puso en 1840 Lope de Rueda. Hay que decir, que no se sabe a ciencia cierta el por qué del nombre de Barrabás, pero parece ser que le viene de una leyenda que a continuación contaremos.

Según cuenta una leyenda, en el siglo XVII, don Fernando Ortiz de Melgarejo estaba casado con doña Luisa Maldonado. Pero como tantos otros personajes de su época al igual que hoy tenía una amante llamada doña Dorotea Sandoval, esposa del señor don Bernardo Sandoval.

El muy mamoncete y chulesco don Fernando presumía dicen públicamente de su relación con la señora de Sandoval sin ningún tipo de problema, por lo que la esposa humillada y llena de celos mando a envenenar a la amante, la que murió (hoy también se dan estas historias). Don Fernando Ortiz Melgarejo al enterarse del hecho, mató a su esposa, siendo desde entonces, cuando el pueblo empezó a llamarle por su crueldad Barrabás y a la calle donde vivió.

La Virgen de los Reyes de Castillo Lastrucci de Madrid.


La Hermandad madrileña de la Virgen de los Reyes la fundaron un grupo de sevillanos residente en la Capital española, colocando en sus inicios un cuadro para más tarde poner a la imagen que hiciera el gran escultor de Marchena (Sevilla) Lorenzo Collaut Valera, primera imagen de la corporación. Esta Virgen se estableció canonicamente en el oratorio de Caballero de Gracia de la Villa y Corte.

Fue durante la República cuando prácticamente queda extinguida la Hermandad, perdiendo la maravillosa imagen de Collaut en los sucesos del 36, la que fue reorganizada de nuevo después de la guerra. Al no tener imagen la Hermandad gracias al sacerdote sevillano Rafael Salas consigue una fotografía grande de la Virgen de los Reyes de Sevilla, siendo puesta en la Capilla fundacional en 1942.

Decidió la Hermandad su traslado a la Catedral de San Isidro en 1945 por las reducidas dimensiones de su altar, donde residió desde 1928. En el año citado de su traslado encargó la corporación una imagen al bueno y gran imaginero Don Antonio Castillo Lastrucci, imagen que sería bendecida el 24 de Enero de 1947.