Así fue conocido el pintor Francisco Herrera el Joven cuando residió en Roma, por pintar pequeños bodegones con peces. Artista que nació en Sevilla en 1627 y murió en Madrid en 1685, realizándose su formación en el seno del taller paterno, siendo sus primeros contactos artístico vinculados al naturalismo de su padre Francisco de Herrera el Viejo.
La permanencia de Herrera el Joven consta en Sevilla hasta 1660, que forma parte del grupo de grandes pintores que fundan la Academia de la Pintura, de la cual fue nombrado el primer presidente, cargo que ejecutó de forma colegiada junto con el pintor Murillo. Para a finales de este mismo año abandonar Sevilla y trasladarse a Madrid, donde estuvo en la Corte como pintor del rey y maestro de las obras reales, destacando entre sus obras el Triunfo de la Eucaristía, firmada y fechada en 1656, que representa a los cuatro padres de la Iglesia, más Santo Tomás de Aquino y San Buenaventura, venerando a la Eucaristía, toda una maravilla que por desgracia muchos ni saben que existe, pero si el Acuario.
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