Nació Francisco López Caro en Sevilla en 1598 y falleció 1661, pintor muy poco conocido que se formó en el taller de Francisco Pacheco, donde conoció y se hizo amigo del genio de la pintura española Velázquez.
Parece ser, que Francisco López al conocer a Velázquez se inclinó bastante a su estilo. Pero sin alcanzar nunca su maestría claro está, pudiéndose ver en una de sus obras, la única firmada por el pintor el Niño en la Cocina, obra que estaba en una colección particular y en el 2015 entró a formar parte del maravilloso Museo del Prado, primera pinacoteca de España por donación de Plácido Aragón.
El cuadro representa a un niño pícaro en una cocina entre cacharros y pieza de caza, muy parecido a los bodegones de Velázquez sin tener nada que ver. En la foto podemos ver claramente como se deja llevar por el estilo de su amigo Velázquez, sobre todo en los trazos de la pintura y en los colores. Dos sevillanos pintores, muy buenos. Pero muy diferentes a la vez, uno se puede decir que copiaba y el otro era el Dios de la Pintura, el pintor del aire.
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