Cuenta una antigua leyenda y a la vez un poco cruel (como la vida hoy en España), que una jovencita y bella mozárabe, llamada Fátima se enamoró locamente de el " al-Kadir" de la fortaleza. Pero el padre de Fátima al ser cristiano viejo, se opuso a tal relación de su hija con un musulmán, por lo que Fátima al obedecer la prohibición de su padre, el árabe de los cojones muy mosqueado ordenó a sus hombres que secuestraran a la joven.
Ya secuestrada la bella Fátima, aguanto una gran tortura a la que su enamorado el muy mamón la sometió por no ceder a sus pretenciones amorosas (entonces no existía el 016), siendo enterrada en una de las almenas. Los muy cerdos que la secuestraron, no contentos con la tortura que ya recibió, le emparedaron sus pechos entre los muros de la Torre del Homenaje para que el crimen nunca fuera descubierto.
Lo que no sabían estos desarmados es que al poco tiempo las tropas cristianas tomaron la ciudad y cuando entraron en el Castillo, la pared donde los senos de Fátima estaban enterrados comenzó a manar leche, quedando los asesinos descompuestos y sin habla por tal suceso.
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