El origen de esta antigua Hermandad viene con una bella leyenda que dice, que se le apareció a una mujer paralítica una imagen de un Cristo Yacente al abrirse un hueco en una pared en el barrio de los Humeros, sanando al instante la mujer, y que enterado del suceso el rey Fernando III, mandó a construir una Capilla para dar culto a la imagen, creándose una Hermandad y siendo el rey su primer Hermano Mayor.
Esto cuenta la leyenda, y la historia que hacía 1582, existía en la calle Colcheros (Tetuán) una Hermandad y Hospital del gremio fundada por el genovés Tomás Pessaro, quién estaba fomentando el culto al Santo Entierro. Esta Hermandad tenía por titular a la Virgen de Villaviciosa, y al suprimirse en 1587 el Hospital se traslado al oratorio de las casas que fueron de Hernando Colón, el hijo del descubridor de América.
La Hermandad del Santo Entierro ha cambiado a lo largo de su historia muchísimas veces. Desde el convento de San Laureano paso a la Iglesia de San Juan de la Palma, a la Iglesia de la Merced, a la Iglesia de la Magdalena, a la iglesia de San Buenaventura, a la Iglesia de la Misericordia, a la Capilla de Montserrat, a la Iglesia de San Francisco de Paula, luego otra vez a San Juan de la Palma, de allí a la Misericordia y en 1867 a San Gregorio, donde actualmente sigue. Una de las hermandades que más han viajado de sede (un estilo al juego de la Oca, de sede en sede y me cambio porque me toca).
Las Reglas del Santo Entierro parece que fueron aprobadas entre 1573 y 1575, la cual practicaba la ceremonia del Descendimiento, que consistía en dramatizar el Descendimiento bajando un Crucificado de la Cruz simulando su Entierro.
Esta Hermandad sacaba tres pasos: el primero los Santos Varones trasladando a Jesús al Sepulcro, el segundo la Virgen con San Juan y las Tres Marías y el último un Calvario, una Hermandad que siempre fue acompañada por grandes personajes como autoridades destacadas, con una historia tan grande, que hoy es difícil de superar.
Hermandad del Santo Entierro .
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