Esta espectacular, soberbia, sublime, portentosa y única Inmaculada en su estilo en óleo sobre lienzo la realizó el grandísimo pintor cordobés Juan De Valdés Leal en 1672, de 319x201 cm. para la Iglesia del Convento de San Agustín de Sevilla. Una obra, que gracias a Dios sigue entre nosotros para poder seguir siendo admirada, aunque muchos ni siquiera la conozcan.
Es esta Inmaculada según muchos experto en la pintura (no yo) de las mas espectaculares de las que se pintaron en el barroco. Pero pasa lo de siempre, que si estuviera fuera de Sevilla, la conoceríamos más, algo que nunca entenderé cuando aquí y a pesar de todo lo que se llevaron todavía nos quedan grandes obras maestras tanto de la pintura como de otras artes.
La Virgen se representa arrodillada sobre un trono de nubes, acompañada por todo un ejército de Ángeles niños en varias posturas. Destaca de esta colosal obra el tenebrismo que caracterizó a Valdés Leal y sus pinceladas sueltas, como la luz y sobre todo ese ejército de Ángeles niños dando a la obra un movimiento casi real, el que solo los grandes genios de la pintura supieron plasmar.
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