Foto de Wikimedia.
Esta interesantísima, delicada y magistral obra de arte se encuentra en la Sala Capitular de la Catedral sevillana, obra del genial Bartolomé Esteban Murillo, siendo una de las Inmaculadas más bella sin duda alguna que pintó en tabla el artista sevillano. Pero al encontrarse en alto no se deja apreciar como debiera.
Fue esta Inmaculada de la Sala Capitular de la Catedral, la primera pintura que el Cabildo Catedral encarga a Murillo en 1662, como los tondos que representan a figuras de Santos todos relacionados con la historia de la Sevilla Eterna. De la que aún, aunque algunos no lo crean todavía queda bastante.
Se representa a la Virgen Inmaculada en esta obra con la mirada baja y manos juntas, envuelta entre nuves y un grupo de Ángeles que portan símbolos de las letanías lauretanas, con una tal belleza que le serviría al artista sevillano para inspirarse a la hora de pintar otras Inmaculadas. De todas las que pintó Murillo, yo particularmente diría, que es esta a pesar de ser de las más bella, también de las más desconocida por desgracia por muchos sevillanos y no sevillanos, seguro que si estuviera fuera hubieran ido a verla. Lamentable el poco interés que sufren muchas de nuestras obras de arte.
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