Se cuenta en el mundillo cofrade, tan exagerado algunas veces en mas inventar que investigar, que la Virgen del Dulce Nombre, obra de Castillo Lastrucci bendecida en 1964 en Jerez para la Hermandad de la Buena Muerte fue una donación del joven entonces Don Adolfo Arenas, nieto del gran imaginero Castillo Lastrucci a la Hermandad del Gran Poder.
Fue en 1959, cuando Adolfo Arenas donó dicen la Virgen de Castillo que hoy se encuentra en Jerez a la Hermandad del Gran Poder. Pero al no darle culto la señera Hermandad de la Madrugá se la devolvió al donante. Una imagen que si se fijan bien en su rostro, nos recuerda a otras del imaginero sevillano que procesionan no sólo en Sevilla, sino en toda Andalucía.
La jerezana Hermandad encargó a Castillo Lastricci una Dolorosa, dándole el artista cuentan la Virgen que pasó por la Hermandad sevillana. Contando la Corporación jerezana y sobre todo aclarando, que la Virgen del Dulce Nombre nada en absoluto tiene que ver con aquella Dolorosa donada por el nieto del imaginero, que era una imagen tallada en principio por el artista para una Hermandad de Córdoba, y que cuando la vieron en el taller la adquirieron rápidamente. Verdad o no, no deja de ser una historia curiosa.
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