El Convento de las Agustinas Descalzas de la Santísima Trinidad de Carmona se encuentra en el interior del bellísimo recinto histórico. Funda la Comunidad está nueva sede en la localidad en 1629 por la donación de unas casas de la propiedad de Juana Camacho, levantándose su Iglesia casi un siglo después y encargándose del diseño el arquitecto Diego Antonio Díaz, Maestro Mayor del Arzobispado Hispalense en la primera mitad del siglo XVIII.
Comenzó la construcción de la Iglesia en 1718 hasta 1748, año en que finalizó. Esta maravillosa Iglesia como otras que Carmona atesora como su Convento están inscritos en la catalogación de Bien de Interés Cultural en la categoría de monumento desde el año 2005. Destaca su claustro de 1700 con galerías porticadas cubierta con alfarje mudéjar, con arcos de medio punto que descansan sobre columnas de mármol.
Es el interior de la Iglesia bastante acogedor, de estilo barroco y planta de cruz latina de una sola nave con crucero y Capilla Mayor. Con interesantes retablos y un coro bajo y otro alto. Pero lo que más destaca es el retablo mayor, obra realizada por Felipe Fernández del Castillo y Miguel de Gálvez hacia 1750-1758. Otro convento más de esta bella Carmona, de la que nunca nos cansaremos desde aquí, decirles que vayan a visitarla.
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