Se encuentra este bellísimo Convento en la calle del mismo nombre de la bella Carmona, en el casco histórico. El Convento está habitado por un grupo de religiosas dominicas desde 1516, conservando entre sus muros diferentes construcciones de los siglos XVI y XVII, del que destacamos un bello claustro de caracteres mudéjares que presenta una galería de arcos de medio punto que se apoyan sobre columnas de ladrillo.
Y cuando nos adentramos en su Iglesia, vemos al momento que pertenece a las típicas de los conventos sevillanos del barroco, siendo la Iglesia de una sola nave con dos portadas abiertas al exterior. Se cubre la nave con armadura de madera de pino, y con una bellísima cúpula con ornamentación barroco su presbirerio, con yeserías decorando sus cuatro muros que enmarcan pinturas de Santos Dominicos y escenas de la Orden. Estando el Coro Alto decorado con un espectacular artesonado mudéjar.
Del rico patrimonio que el Convenio tiene, nos dentendremos en su retablo mayor, obra de Jacinto Pimentel, contemporáneo del gran Montañés, que lo realizó en la primera mitad del siglo XVII, dorado y estofado por Jacinto de Soto. De las escenas y figuras del retablo se encuentran la Anunciación , La Trinidad en el ático, imágenes de Santos como Santo Domingo de Guzmán, Santo Tomás de Aquino, San Juan Evangelista y San Juan Bautista. Mientras que el banco presenta pinturas de San Vicente Ferrer y Santa Catalina de Siena. Muy recomendable la visita a este convento, no todo son las grandes catedrales, pues una grandísima parte del mejor patrimonio religioso se encuentran en sus Conventos, recuérdenlo.
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