El Beato sevillano Fray Luís Sotelo.



Nació Luís Sotelo el 6 de Septiembre de 1574 en Sevilla, y falleció el 15 de
Noviembre de 1624. Fraile franciscano que estudió en Salamanca antes de entrar en el Convento del «Calvario de los Hermanos Menores», el que se trasladó en 1600 a Dailao (Filipinas), que tenía una importante comunidad de católicos y donde estuvo hasta que las fuerzas españolas la destruyeron en un intenso conflicto.

Fue Paulo V, quien autorizó en 1608 a las órdenes religiosas menores como dominicos y franciscanos a catequizar. Antes de esta concesión ésta era exclusivamente de la Compañía de Jesús. Tras conocer Sotelo la noticia se trasladó a Japón, donde desempeñó un importante papel y trato de establecer una Iglesia de su orden en las inmediaciones de Tokio, la que sería destruida en 1612 por la censura del cristianismo en los territorios del Shogunato Tokugawa el 21 de Abril de este año citado.

Al sentirse amenazado Sotelo se trasladó a la zona norte de Japón, donde se encontraba Date Masamune, el daimvo de Sendai; en esta zona el cristianismo aún seguía admitido, pero un año después volvió a Tokio, donde construyó e inauguró una Iglesia el 12 de Mayo de 1613, la que enfureció el bakufu y arrestó a todos los cristianos de la zona entre los que estaba Sotelo, quien fue trasladado a Kodenma-cho. Todos los cristianos fueron asesinados el 1 de Julio, salvándose Sotelo de la muerte por una misiva que envió Date Masamune, el que mandó una embajada a España en 1613 de la que formó parte el sevillano. Dicha misión atravesó el Océano Pacífico a bordo de la nave llamada San Juan Bautista, siendo sus componentes todos bautizados en Madrid antes de marchar a Roma, donde tuvieron una audiencia con el Papa.


 El sevillano quiso establecer  una diócesis en Japón Septentrional independiente de la de Funai. Haciendo frente a las ambiciones del Fraile, Portugal, por lo que fracasó en tener apoyo de la orden franciscana, que le censuraba al considerar que sus actuaciones estaban encarnadas a obtener el obispado. En 1618, acompañó a la delegación en su retorno a Filipinas, donde se quedó un tiempo por miedo a sufrir la represión que padecían los cristianos en Japón, enfrentándose con la Iglesia por que le acusaban de haber exagerado sus éxitos en Japón, por eso lo envían a Sotelo el Consejo Católico de las Indias de vuelta a Nueva España en 1620 con la misión de continuar con sus actividades misioneras.

No contento el Fraile con las normas impuestas, en 1633 se infiltró en Japón a bordo de un barco chino, que tras desembarcar, las autoridades lo descubren y encarcelan. Tras estar dos años en la cárcel lo asesinaron quedándolo vivo en compañía dos franciscano, un dominico y un jesuita. Por esto Pío IX, en 1867 lo beatificó. Una vida intensa y llena de acción.

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