Una de calor.


Más calor que toreando a un CABRÓN.

Calor.


En verdad no hace tanta calor, es que estamos muy calientes.

La era de los valientes.


Para mi, no se si también para usted, la era de los valientes es la que estamos viviendo día a día por estas desleales Redes Sociales. Donde todo el mundo va de guay y luego en la vida real se comen todos los carajos que tengan que comerse.

Europa.


Europa está  ahora mismo en un torneo constante de Ajedrez el cual siempre lo gana una señora, no hay más.

La Sala de la Justicia del Alcázar de Sevilla.


Se encuentra al lado del Patio de la Montería la Sala de la Justicia, mandada a construir por el rey Alfonso XI para conmemorar su victoria en la Batalla del Salado. 

La Sala de la Justicia es una magnífica obra arquitectónica con un espléndido techo de estilo mudéjar. En el centro de la Sala de la Justicia hay una fuente de mármol, cuyo canalillo de desagüe se comunica con una de las zonas más antiguas del Alcázar sevillano: el Patio del Yeso.

Fuente y techo de la Sala de la Justicia.


Como la vida misma.Dejamos de ser humanos.


En el momento que insultamos o nos alegramos del mal de alguien  por ideales políticos o religioso, es cuando la persona deja de ser humano para convertirse en  bestia.

Los Lunes.


La verdad que un Lunes no le gusta ni al quien lo inventó, pero debemos de tener en cuenta, que gracias a Dios o al que ustedes quieran vivirlo es señal de que estamos vivitos y coleando. Que ya lo sé, que no es San Viernes, que lo sé, pero es San Lunes.

La mejor Calor.


Al menos para mí, esta es la mejor Calor que soporto.

Foto de F. Villapol.

Como la vida misma. Acostado.


No es que algunos o algunas nacieran cansados, simplemente es que nacieron acostado.

El Patio del León del Alcázar de Sevilla.


Pasando la Puerta del León del Alcázar sevillano entramos al Patio de León, en donde según varios historiadores los Reyes, desde Fernando III, el Santo, hasta Pedro I el justiciero tenían un león encadenado. Y todo era para mostrar su grandeza, pues en vez de guardar la puerta un gato o un perro la hacían guardar por un león, signo de realeza. 

Hoy nuestras casas, cada vez más desprotegidas también deberíamos de  poner a un león que las guardara. Pero sin cadenas.