Este convento llamado de San José es conocido popularmente por Las Teresas, caracterizándonde por su austeridad y seriedad de sus normas y reglas. En una habitación que hay en el interior del patio se encuentra colocada una cruz de madera que fue regalada a las monjas carmelitanas por San Juan de la Cruz en 1588, y desde entonces está en el mismo sitio.
El retablo mayor de la Iglesia fue realizado por Jerónimo Velázquez en el año 1630, del que destaca en su hornacina principal una escultura de San José del imaginero Juan de Mesa, que también hizo una hermosa Inmaculada para otro retablo de dicha Iglesia en 1622. Toda una obra de incalculable valor artístico por su composición.
Guarda el convento de San José en la sacristía de la Iglesia un expositor en el que se encuentra colocadas distinta reliquias de Santa Teresa, pudiéndose contemplar las pantuflas que usaba, el autógrafo del Libro de las Moradas y un cuadro de la santa que pintó Juan de la miseria en 1576, del que dijo la presumida Santa cuando lo vio que la había sacado “fea y lagañosa”.
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