La imagen de Santa Ángela de la Catedral.



Esta imagen de Santa Ángela es obra del imaginero sevillano José Antonio Navarro Arteaga, la cual procesionó por primera vez en el Corpus en 2010.

La talla de la Santa es completa, labrada en madera de cedro policromada al óleo y mide 1,70 centímetros.

El amor.


Se define últimamente mucho al amor. Pero creo que el verdadero amor es aquel en el que no hay intereses ninguno por ambas partes. Si lo hay no es amor, es puterío.

El Pendón de San Fernando.



El histórico Pendón de San Fernando entró con el Rey el 23 de Noviembre de 1248 en la Reconquista de Sevilla, y el mismo día ondeó en el minarete de la mezquita mayor, hoy conocida como la Giralda, en señal de que Sevilla estaba bajo el poder de los cristianos.

En su origen el Pendón estaba formado por cuatro cuarteles de castillos y leones, los que representaban las coronas de Castilla y León en un paño carmesí confeccionado en seda. Este Pendón desde 1671, año que fue canonizado San Fernando forma parte de las reliquias que conserva la Catedral de Sevilla.

Por la antigüedad y mal estado de conservación en que se encontraba el Pendón, fue restaurado en 1999 por el Instituto Andaluz el Patrimonio Histórico, consintiendo esta restauración en la limpieza y consolidación del soporte de seda que se caía. Año este que se puso en una vitrina preparada para su conservación, por lo que el Cabildo decidió hacer una réplica del mismo para ser usado en las procesiones anuales en vez de la histórica pieza.

El Ángel de la Guarda de Murillo.



Más de una vez hemos dicho que la Catedral de Sevilla es más que un Museo, tiene obras tan magníficas que hacen de ella una importantísima pinacoteca. Una vez más pondremos como ejemplo esta sublime obra del afamado y único pintor sevillano, Bartolomé Esteban Murillo, su Ángel de la Guarda de la Catedral sevillana, obra realizada hacia 1665-1666.

La pintura fue realizada para el Convento sevillano de los Capuchinos, siendo regalada en 1814 por la comunidad de los Capuchinos al Cabildo de la Catedral en agradecimiento por haber custodiado sus murillos antes de trasladarlos a Gibraltar para que no fueran expoliados por los mamones franceses. Cuadro que parece ser, para su realización Murillo pudo basarse en una estampa del italiano Simone Cantarini.

Como vemos en la foto, se representa al Ángel de la Guarda de aspecto joven y bello de la mano de un niño, y con la otra mano señala la luz que viene del cielo, que junto con la oscuridad del cuadro destacan las dos figuras. El Ángel viste túnica con tonos dorados y un mantolín de color rojo oscuro, y el niño una túnica blanca. Tanto el Ángel como el niño se están mirando, una mirada que tiene vida, la que el genial artista sevillano con sus pinceles daba a sus obras como esta, una de las más bellas sin duda alguna de toda su producción por la belleza representada en el rostro del Ángel y el Niño, los que cuando se observan parecen estar completamente vivos.

El árbol de la ciencia.


Es de los libros que me atraparon como la vida lo hace cuando nacemos, para bien o para mal. Y cada vez que lo vuelvo a leer más conclusiones saco de la vida, una obra maestra de la literatura que se debería de leer.

La Puerta de San Miguel de la Catedral.


La Puerta del Nacimiento, conocida también como la de San Miguel por haber estado el Colegio del mismo nombre fue la primera en labrarse de la monumental Catedral sevillana. En la que vemos en su tímpano una maravillosa escena del Nacimiento de Jesús, siendo su autor Lorenzo Mercadante de Bretaña en el siglo XV,  representación considerada como una de sus mejores obras.


En el centro de la escena  vemos al Niño, dejado sobre las pajas, y sobre él un coro de Ángeles que cantan su nacimiento. La Virgen y San José están vestidos con trajes de época del artista, en actitud de adoración con las manos juntas en oración. Y detrás aparecen la cabeza del buey y la mula asomados en el establo. Unas pastora con regalos detrás de San José y unos pastores con la vista de Belén al fondo.


Pero de todas las figuras de esta magnífica escena, la que más nos llama la atención es la figura de la pastora que ríe, una importantísima obra del Arte gótico, donde ya se muestra la expresión al exterior de las figuras. Toda una joya del artista Mercadante, del que muy bien podríamos llamar "El Dios de la Piedra".

La Capilla de Santa Ana de la Catedral de Sevilla.


La Capilla de Santa Ana, llamada también del Cristo de Maracaibo o de los Marmolejo por su fundador Diego Hernández Marmolejo, arcediano de Écija conserva en su interior piezas de gran calidad. Como el retablo pictórico realizado en 1504 dedicado a San Bartolomé, de autor anónimo.

Retablo de San Bartolomé.

En el banco del retablo de San Bartolomé vemos varias escenas de la Pasión de Cristo, como la Flagelación, Camino del Calvario, Crucifixión, Descendimiento y Piedad. Y en su primer cuerpo pinturas de Santiago el Mayor, San Blas, San Bartolomé, San Nicolás y San Sebastián. Mientras que en el segundo cuerpo dedicado a María vemos a San Juan Bautista , Santa Ana , La Virgen con el Niño, Santa Marta y San Miguel Arcángel.

Cristo de Maracaibo.

Pero si tuviéramos que destacar sólo una obra sería de esta rica Capilla sería la del Cristo de Maracaibo, pintura realizada sobre tabla atribuida al pintor Pedro de Villegas Marmolejo en 1560, con los relieves a sus lados de San Juan y la Virgen. Es de destacar, que el Cristo de Maracaibo tuvo bastantes devotos antiguamente, y antes de pasar a esta Capilla de Santa Ana a finales del siglo XVIII estuvo  situado en un retablo cerca a la Puerta de San Miguel. 

Sepulcro del Cardenal de la Lastra.

Aparte del retablo de San Bartolomé y el Cristo de Maracaibo se encuentra en esta capilla obras interesante como una pintura de la Inmaculada de la escuela de Murillo, Abrahan y los tres Ángeles, atribuida al pintor flamenco del siglo XVII Van Diepenbeek y otras pinturas anónimas con el gran sepulcro del Arzobispo de Sevilla y Cardenal Luis de la Lastra, realizado por Ricardo Bellver en 1880. La Capilla tiene dos vidrieras, una sobre la bóveda de Enrique Alemán hacia 1480, en la que aparecen Santa Águeda, Santa Lucía, Santa Cecilia y Santa Inés, y la otra vidriera es la interior de último del siglo XVIII, que representa la Sagrada Familia. Esta Capilla al igual que todas las de la Catedral son dignas de visitar.

Monumento a San Juan Pablo II.



El monumento a San Juan Pablo II se encuentra en sevillanísima plaza de la Virgen de los Reyes, junto al convento de la Encarnación y a escasos metros de la famosa Puerta de Palos de la Catedral. Obra del escultor Don Juan Manuel Miñarro López en 2012.

La iniciativas del monumento fue llevada a cabo en 2006 por la Asociación Promonumento a Juan Pablo II en Sevilla. Quedando la escultura del Papa inaugurada el 14 de Agosto del 2012 por el Alcalde de Sevilla Juan Ignacio Zoido Álvarez y el Arzobispo Juan José Asenjo Peregrina, quien la bendijo.

Está realizada la escultura en bronce fundido, la cual tiene una altura de 2,45 metros, que representa al Papa de cuerpo entero. Figura en su pedestal una placa con la inscripción <<Sevilla a Juan Pablo II>.

La Virgen del Rosario de la Catedral de Sevilla.


Esta preciosa pintura de estilo barroco de la Virgen del Rosario la podemos ver en la Catedral sevillana, la cual atesora tantas magníficas pinturas de artistas de renombre, que hasta supera a muchos Museos. La obra es del gran pintor de Fuentes de Cantos Francisco de Zurbarán, realizada hacia 1645-1650, una pintura pequeña que parece ser, el maestro la realizó para algún particular o un oratorio privado.

Foto de Maravillas de España.

Se representa a la Virgen en esta obra con el Niño, diadema de rosas y un Rosario que entre sus brazos lleva el Niño, en un rompimiento de gloria. Sentados sobre una peana de nubes, mirando ambos al espectador con una expresión suave y sonriente. Pequeña obra, pero grande por la importancia de su artista, todo un genio en el arte de la pintura de su época.

Si yo tuviera.


A mi España

Si yo tuviera que enamorarme, lo haría de esa España única y sin igual. La que padece un gran CÁNCER y ningún hijo de puta la cura, esa es a la España que quiero y amo, a la que está enferma por vuestra culpa, Golfos de mierda.